La danza, es una de las manifestaciones culturales más profundas, que nos conecta con nuestro legado ancestral, es una práctica ceremonial que se va forjando lentamente a través de siglos.
Tusuy, se convierte en un “ritual” donde la luz y el movimiento se revelan a través de su transformación. Los paisajes efímeros se convierten en depósitos de tiempo y su espacialidad temporal restablece el vínculo con la experiencia sensorial más allá de lo visible.